martes, 28 de abril de 2009

ESCULTURAS MONUMENTALES DEL LIBRAMIENTO “CARLOS PELLICER CÁMARA”, estas se le conocieron con el sobrenombre de “Las Tortas del Periférico”, actual Circuito Interior “Carlos Pellicer Cámara” *.

En el año 1974, un grupo de artistas bajo la dirección de la escultora de origen tabasqueña Ángela Gurría (Geles Cabrera, Juan Luís Díaz y Mathias Goeritz+), invitados por el Presidente de la República Luís Echeverría, llevaron a cabo una serie de proyectos escultóricos. Estas obras fueron el resultado de una visita realizada por los artistas; en ellas se hacía alusión a la producción más representativa del estado, ejemplo: El toro, El cacao, El coco, El plátano, Las cañas. Esta idea no gustó mucho al mandatario quién ordeno elaborar otra visión más moderna y menos onerosa (el tamaño de las obras rebasaba los dieciocho metros de altura y su costo resultaba estratosférico).

El segundo proyecto se realizó bajo los cánones del estilo Land-Art o Arte de la Tierra, estas nuevas obras contenían elementos constructivos propios de las culturas regionales como los Mayas y los Olmecas, además de materiales de nuestro tiempo, como el concreto. Los monumentales basamentos fueron recubiertos con ladrillos, un material de profundas raíces culturales en la región.

El pueblo haciendo gala de su imaginación las bautizó con el sobrenombre de “las tortas del periférico”. Estas obras eran y según su autor, su nombre y su ubicación la siguientes: de Ángela Gurría (El Caracol - “el sombrerito o el pastelito”-ubicado frente a lo que hoy es el Museo de Antropología “Carlos Pellicer”), una pirámide en espiral ascendente, donde se dibujaba una Ceiba abstracta en su cúspide; de Geles Cabrera (El Pan de Teapa o “el pan tercermundista” - ubicado en la salida a Teapa, donde cruza Paseo Usumacinta), un basamento semicircular con forma de pan cortado por dos pasillos entrecruzados con referencias astronómicas; de Mathías Goeritz (Plataforma o “la bajadita” – en el cruce con Avenida México), es un juego visual en el que el espectador cree sentir que monumento se hunde o surge, según el punto de observación; de Juan Luis Díaz (transmutaciones Pitagóricas o “el secreto mejor guardado” – en el cruce con la Avenida Revolución), dos pirámides invertidas generadas a partir de dos cubos centrales, basando el diseño en la tabla Pitagórica y su relación con el número nueve; y por último de Sebastián (Abanico - “fuente de los abanicos o la economía quebrada” – en la salida a carretera a la Isla), era una sucesión de planos con vértices a diferentes alturas y con dos puntos contrarios de inicio, pintados de color amarillo cromo. Cabe mencionar que Sebastián se incorpora al equipo durante la creación de este segundo proyecto.

Este regalo entregado por el mandatario federal al pueblo de Tabasco se fue desapareciendo conforme pasó el tiempo; actualmente no queda ninguno, todos han dado paso a una “modernidad” que permite la convivencia con el arte; después de todo “Una ciudad sin arte, es una ciudad muerta…”

*Texto tomado del libro inédito “Villahermosa, 120 años de arquitectura” del Arq. Víctor Manuel de Dios Olán.
CAPITULO IV
Del estilo Internacional al Moderno
(1960 al 1990)

1 comentario: